Todos tienen mucho miedo por lo que han visto en las redes, porque algunos de los que cruzaron en diciembre ya fueron deportados a Haití.
México, 7 feb (PL) Migrantes haitianos que están en la frontera de México con Estados Unidos temen presentarse ante las autoridades del país norteño por temor a ser deportados, se conoció hoy.
Así ocurre en Tijuana, Baja California, donde cientos de haitianos permanecen en albergues precarios y evitan presentarse en la garita de San Ysidro para hacer la solicitud de ingreso a territorio estadounidense.
Todos tienen mucho miedo por lo que han visto en las redes, porque algunos de los que cruzaron en diciembre ya fueron deportados a Haití. Piensan que van a llegar (a Estados Unidos) a ser deportados, explica Linda Romero, coordinadora del refugio Juventud 2000 que alberga en casas de campaña sobre la tierra a 200 migrantes del país empobrecido país caribeño.
Aunque sufren los estragos de las chinches, la incomodidad de dormir sobre la tierra en una colchoneta, la espera para hacer uso del sanitario -porque sólo hay tres letrinas para el grupo de 200- y escasean el café, la leche, la ropa y los pañales, prefieren esperar, añade el rotativo.
Quieren ganar tiempo para ver si cambia la actitud antiimigrante del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, o para explorar la posibilidad de ir a Canadá o una alternativa de las autoridades mexicanas.
Soraya Vázquez, del Comité Estratégico de Ayuda Humanitaria, dijo que de los 33 albergues habilitados en Tijuana sólo cinco, los tradicionales (que atendían repatriados mexicanos y centroamericanos antes de la crisis de los haitianos), están funcionando bien.
Del resto, unos carecen de agua potable y sanitarios; en otros hay chinches, el hacinamiento es extremo y no tienen alimentos.
La atención que está dando la autoridad es mínima; todo lo está haciendo la sociedad civil, añade.
A las malas condiciones físicas de los refugios, en días recientes se ha sumado el desasosiego: hay una especie de sicosis, de incertidumbre y temor porque no saben qué les espera ni allá (Estados Unidos) ni aquí. Hace falta que el gobierno mexicano les informe cuáles son sus opciones, dijo la activista humanitaria al periódico La Jornada.